viernes, 31 de diciembre de 2010

Microhistoria LIV

Ya no puedo verte más. Lo siento. Sabías que esta relación tenía un final, incluso sabías cuándo. No sé si el problema ha sido que te empeñaste en compartirla con demasiada gente. O tal vez fui yo. No lo tengo tan claro. Me ha costado, pero he encontrado a alguien que me ha abierto los ojos. Que estará conmigo en el futuro. Allí donde tú no tienes sitio. Que ha sido capaz de ofrecerme cosas que tú jamás podrás. Sé que te cuesta entenderlo, pero sabes que nuestra relación siempre fue complicada. En realidad casi termina igual que como empezó. Miro las fotos del pasado, tengo cariño por muchos momentos. Me has dado muchas cosas, pero también me las has quitado. No te preocupes, ya sabes que yo de todo intento aprender algo.

Estoy buscando qué puedo aprender de ti.

Adiós 2010, no olvides cerrar la puerta al salir.

[Bienvenido 2011]

jueves, 30 de diciembre de 2010

Microhistoria LIII

¡Ajá! El tiempo apremia. ¿Y ahora te das cuenta? Infeliz… no pretendas hacer en un día lo que no has hecho en los últimos meses. ¿Ahora me vienes con prisas? Espera un segundo, que ahora bajo a reírme contigo. O de ti, que viene a ser lo mismo. Un segundo nada más, me visto muy rápido y ya ni siquiera me maquillo. Así me río más a gusto. Si quieres gastamos un rato en tomarnos unas cervezas. Ah, no. Que tiempo es justo lo que vienes a buscar. Bueno. Pues te puedo ofrecer unas frases de cruda realidad, que creo que es lo que más ha bajado en el mercado. Con esto de la crisis, ya se sabe, toca apretarse el cinturón. Parece que con la Navidad también ha bajado la hipocresía, se destila mucho esta temporada. Estará de moda, digo yo. No sé, ya sabes que soy bastante atemporal. Que nunca me entero de nada. De nada que no me quiera enterar.

¡Casi se me olvida! Te puedo ofrecer algo mucho mejor. Es nuevo y ni siquiera lo he probado, pero me han dicho que funcionará de maravilla. Aunque no sé si fiarme, que el último que me vendieron me salió un poco raro. Lo único… viene sin garantía. Y no se puede devolver. Pero supongo que a ti eso ahora te da igual. Me lo traen mañana por la noche, si no te importa esperar…

De todas formas, puedes ir pensando qué vas a hacer con él. Con todo un año nuevo. Piénsalo. Mañana nos vemos de nuevo y me lo cuentas.

Lo tendré preparado a eso de las 24.00h. Sé puntual y trae hechos los deberes.

martes, 28 de diciembre de 2010

Microhistoria LI

Se volvió coleccionista de momentos contigo. De todos los que nunca tendréis. Coleccionista de sonrisas. Aquéllas que quisiste regalarle, incluso de aquéllas que aún le niegas. Coleccionista de susurros y besos. De ésos aún le debes unos cuantos. De cigarros que te pidió que no te fumaras, y lo hiciste de todos modos. De verdades a medias, de miradas vacías, de palabras congeladas y de historias sin final feliz. Coleccionista de navidades insípidas, perdidas detrás de caretas y grandes disfraces. Coleccionista de segundas partes, incluso de terceras y cuartas.

Pero se cansó de coleccionar. Un día se levantó temprano, abrió la ventana y respiró todo el frío que cupo en sus pulmones. Decidió que a partir de ese momento quería ediciones exclusivas. Pases privados. Sesiones deluxe.

Y empezó a vivir.

domingo, 26 de diciembre de 2010

viernes, 24 de diciembre de 2010

Hotel Cápsula Gran Vía

Entrega final. Proyectos II. 4º Arquitectura. Formato 9 DIN A1.
(Lo siento, paciencia porque puede tardar en cargarse bien.)


Investigación en torno a la idea hotel = casa. Sistema de habitaciones modulares con infinitas combinaciones entre ellas, adaptándose a los nuevos modelos familiares y las múltiples asociaciones grupales en la actualidad. Además, especial interés por los espacios de comunicación, estableciendo nuevas relaciones entre las unidades habitacionales. Los hoteles convencionales suelen disponer de dos tipos de habitaciones, y siempre relaciones de dos o tres personas. El nuevo Hotel Cápsula Gran Vía dispone de cinco tipos de habitaciones, y absolutamente todas las combinaciones entre ellas están disponibles; abarca de esta manera todo el mercado posible. Todos los clientes tienen su espacio personalizado. El motivo del viaje y la duración, la forma de acceder al hotel... todas las posibilidades tienen cabida y la mejor solución en el Hotel.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Microhistoria XLIX

Queridos Reyes Magos:
Este año no sé si he sido muy buena. Desde luego, me han pasado muchas cosas. Y, aunque ahora no sea muy feliz (¿acaso en algún momento pude serlo?), estoy segura de que todo me va a ir mejor. Por eso, en esta carta os quiero hacer una petición muy especial: una máquina del tiempo. No quiero una de ésas que viajan miles de años, llenas de lucecitas. Yo lo único que quiero es congelar instantes, poder tener más tiempo para hacer las cosas. Que ya sabéis que yo soy muy lenta para todo. No necesito hacer más de una vez cada cosa, pero me gustaría disfrutarlas como momentos únicos que son. Sé que igual es una petición un poco particular, pero es lo que quiero estas navidades. Porque creo que habrá muchísimos momentos para congelar y guardar bajo llave. Porque ya sabéis que tengo una memoria de mosquito. Porque pienso compartir el regalo con todos a los que quiero. Porque me he dado cuenta de que tengo mucha gente con la que compartirlo.
Muchas gracias.

Feliz Navidad.

Microhistoria XLVIII

¡Tiempo! Para un segundo. TIEMPO MUERTO. PARA DE UNA VEZ. Ahora, piensa. Lo que has hecho. Lo que quieres hacer. Lo que quieres. Tómate un momento para pensar en ti. En mí. En todos los demás. Si te merece la pena seguir así. ¿Qué quieres cambiar?

No te pido que pienses en el futuro. Ni siquiera que te detengas mucho en el pasado. Piensa en el ahora. En el dentro de un rato. En el cuando te levantes mañana. Porque yo creo que, casi todo, se puede arreglar. Y estoy convencida de que ésta es una de esas cosas. Piensa cómo, y cuéntamelo después.

Yo seguiré estando por aquí. Tú simplemente… avísame.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Microhistoria XLVII

Nunca pudiste entender que era cuestión de calidad, y no de cantidad. Que lo que crees que has conseguido en un año, yo lo puedo hacer en una semana. Pero no lo hago. Porque no me da la gana. Porque no me hace feliz. Y sé que a ti tampoco, por mucho que te pavonees de tus conquistas. Todo mentira. Todo teatro. TODO.

Y ahora no puedo hacer otra cosa que buscar el límite. Entre la realidad y lo inventado, entre tus sentimientos y los míos, entre los momentos que interpretamos de forma tan diferente. Entre lo que merece la pena, y lo que no.

Cómo pasar del yo al nosotros. Cómo volver del nosotros al yo. Cómo nunca tenía que haberlo abandonado.

martes, 14 de diciembre de 2010

Microhistoria XLVI

No puedo evitar preguntarme si esto es todo, o si hay algo más oculto, esperando a ser descubierto. Si en esto consiste la vida, si es que se le puede llamar a esto vivir. Si vivo ahora, para poder vivir después… o si el futuro que me espera es peor que el presente. Si dentro de unos años voy a ser más feliz. Si lo soy ahora. ¿Lo soy?

De repente, como quien no quiere la cosa, se me ha ocurrido preguntarme para qué sirve mi vida. Para qué los sacrificios, para qué todo lo que hago cada día. Si merece la pena. Si a alguien se la merece. Si vivo siempre pensando el en futuro… ¿pero éste nunca llega? Porque es eso: futuro. Inalcanzable. Ahí, insinuándose en el horizonte. Tentándonos con ideas maravillosas, o con turbios pensamientos. Tiempo infinito para soñar. Y para cumplir los sueños.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Microhistoria XLV

Se dedicaba tanto a los demás, que dejó de vivir su propia vida.

Y dejó de soñar.

Vivió las vidas de otros, los problemas de otros, las alegrías de otros. Y se olvidó de sí misma. Se olvidó de que ella también existía. Cuando se quiso dar cuenta, ya no le quedaba nada. Nada a lo que volver. Nadie a su alrededor.

Y murió.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Microhistoria XLIV

No sé si me creerás algún día. Dudo ya de que quieras hacerlo siquiera. Pero te echo de menos. Mi vida no es tan perfecta como te empeñas en pensar. Me faltas tú. Una parte muy importante. Sin ti no habría salido, y lo sabes. Me habría perdido en el laberinto autodestructivo en el que entré. Es posible que hubiese encontrado un camino, no lo sé. Pero entre todo aquello, apareciste tú. Y no sabes lo que me alegro. Pero ahora que las cosas parece que pueden ir mejor, has desaparecido. Siento que te he perdido, y no lo puedo creer. No es cierto.

¡NO!

Tengo miedo de no volver a hablar contigo. De no volver a hacerte reír. De no estar cuando puedas necesitarme. Tengo miedo de no ser una parte de tu vida. De que me hayas borrado para siempre… y de no poder volver.

Seguimos siendo hermanas.

martes, 7 de diciembre de 2010

Microhistoria XLIII

¿Sabes qué? Estoy cansada. Cansada de ir siempre a remolque, de no tener nada que decir. De decirte siempre que sí. De no sentir que he cambiado en algo tu vida. Porque tú en la mía lo has hecho, y mucho. Tal vez demasiado. Cuando te dije que no quería explicaciones, era porque realmente no las quería. Pero no me entendiste. No es porque no quiera escuchar lo que me tengas que contar, es porque no quiero que te sientas obligado a hacerlo. Quiero formar parte de todo eso, no que me lo cuentes. Quiero reírme contigo, llorar si no hay más remedio, estar a tu lado cuando me necesites, dejarte solo sólo si me lo pides a gritos. Yo, lo único que quiero, es estar contigo.

Pero supongo que todo esto tú ya lo sabías.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Microhistoria XLII

Un segundo. Ha pasado un segundo. Y otro. Y otro… ¡mira! Ahora otro más. Los tenía todos juntos, aquí, encima de la mesa. Pero ha sido ponerlos, y empezar a desaparecer. Algunos han salido rodando, han doblado la esquina y se han escondido para siempre entre unas hojas de papel. Otros han tenido peor suerte, cayendo al vacío al terminarse la mesa. Incluso alguno ha caído directamente en la papelera. Y eso que la vacié ayer, pero parece que vuelve a llenarse. Alguno era tan ligero, que no ha llegado a posarse siquiera. Flotando, ha salido por la ventana y se ha perdido entre el frío. Es curioso, en realidad han sido los que más han tardado en desaparecer. Fíjate, unos cuantos han rebotado en la silla, y se han metido en el armario. A saber qué les habrá pasado ahí. Pero los que más han tardado en decidirse, se me han pegado a la piel. Por todo el cuerpo, tengo segundos incrustados. Como una capa de tiempo pasado. O futuro. O el que nunca existió.